sábado, 3 de octubre de 2009

Hijo de su madre

Ingresando en la vida de Gianmarco Mendoza Medina. Descubriendo que se siente ser hijo de la popular “Urraca”.

Callado, hermético, con apariencia de ser introvertido, el hijo de Magaly Medina, la mujer con más influencia mediática del país, es un joven de 25 años de edad, que estudia en la Universidad de Ciencias Aplicadas (UPC) y que se destaca en cada clase, no específicamente por llevar el apellido Medina, sino por mostrar indicios de llegar a ser un reconocido periodista.
Gianmarco, es un buen compañero, educado y buena gente, así lo consideran sus amigos de universidad, no tiene aires de grandeza, ni superioridad, ni por tener una lujosa residencia en Camacho, ni movilizarse en una camioneta con lunas polarizadas y tener guardaespaldas, esperándolo a la salida de la universidad. No, todo lo contrario, siempre ha intentado tener muy bien reservado ser el niño de Magaly.

Este huachano de nacimiento, pasó sus primeros años en su ciudad natal, con su abuela Doña Jesús Vela, quien lo cuidó, pues su emprendedora madre viajó a Lima, a buscar una carrera de periodista. Por cosas del destino y una tormentosa relación entre sus padres, no vivió con su padre Marco Mendoza, huachano también. Y a quien consideró como a un padre fue al segundo esposo de Magaly, el también periodista y director de la Revista Magaly, César Lengua.

Lento pero seguro
Cursa el sétimo ciclo de la carrera de Periodismo, pero aun lleva algunos cursos del sexto. Varios se preguntarán pero, si la carrera dura 5 años, ¿Por qué con 25 años no ha terminado aún su carrera? Pues he aquí la respuesta: Gianmarco, primero postuló a la Universidad de Lima para estudiar Ciencias de la Comunicación, pero el trato entre universitarios y profesores no fue de su agrado y decidió comenzar en una nueva universidad, la UPC, donde sí se sintió a gusto.

Magaly Medina aunque ventila a diestra y siniestra la vida de los demás personajes públicos, su vida la tiene muy reservada y nunca dejó que hagan de su hijo uno de estos personajes y eso sí lo hizo bien. Pues construyó una barrera contra periódicos y escritores, que Gianmarco aceptó.

Rompiendo el silencio
Gianmarco, se abrió al público, por primera vez, en una carta titulada “Querida Mamá”, que se publicó en mayo 2007 en la revista Etiqueta Negra. Donde con mucha sinceridad expresó lo que sentía al pasar frente a los quioscos de periódicos y ver en los titulares todo tipo de adjetivo e insultos para su mamá, los cuales tiene grabados en la memoria. Fue una misiva muy emotiva donde Gianmarco dio ha entender que ya está acostumbrado a ese tipo de trato hacia su madre y que, con el transcurrir de los años, aprendió a sobrellevar las criticas por los periódicos intelectuales y los autoproclamados guardianes de la moral y la las buenas costumbres, como él dice.

Ahora todos lo reconocen en la universidad. Pero al empezar sus estudios muy pocos lo sabían. Era un estudiante con muy pocos amigos, y ciclo a ciclo comenzó a desarrollarse más en el plano amical, como dicen en el reportaje de vidas secretas de Enemigos Íntimos, Gianmarco, es como un niño grande, que puede contar a sus amigos con los dedos de la mano.

Siempre en alguna clase de la universidad, sobretodo de la carrera de Periodismo, se menciona a Magaly TV, como el mal ejemplo de periodismo que se ejerce en el Perú. Imagínense lo que debe sentirse que en tu propio salón de clases, tu profesor y compañeros formen acalorados debates en contra de tu propia madre. Debe ser difícil haber tomado la decisión de no hacer saber esa incomodidad, no poder defender su punto de vista e, incluso, simplemente callar; pues de la persona de la cual están hablando mal es tu más leal protectora.

Para los que no lo conocen, ni han podido ver una fotografía de él, en periódicos como El Trome, donde fue el eje de varios titulares, Gianmarco, no lleva el pelo rojizo característico de su madre, tiene el pelo negro y rulos, que se pueden apreciar porque ahora conserva el cabello largo. Robusto, blanco, como si no hubiera ido dos veranos a la playa. Y muy importante tiene una barbita, como para no perder el sexappeal de un joven de su edad.

La vida te da sorpresas
¿Cómo es la vida, no? En todas las familias hay problemas, viscisitudes, que hay que pasar y afrontarlas como se pueda, como dicen, al mal tiempo buena cara. Y muchos de estos problemas son por el dinero, la falta de plata. Gianmarco, no tiene ese problema, es obvio, pero tiene el problema de compartir a su madre con todo el público, y peor aun de tener luego que enfrentar junto con ella, todos los juicios en su contra, por los famosos “ampays”, con los cuales se acumuló su fortuna.

Ahora, como ya todo el país sabe, esta famosa periodista, fue encarcelada, estuvo tras las rejas. Muchos sienten que se hizo justicia, otros la apoyan y dicen que fue un abuso de autoridad y una injusticia en contra de la libertad de prensa. La verdad es que todos lo vemos de fuera. Los que viven este drama son los familiares. A pesar de lo que se debe sentir tener a algún familiar en la cárcel, sea o no personaje público, Gianmarco se mostró calmado y fuerte. Siguió asistiendo a sus clases, haciendo sus tareas, entró al Messenger, (poniéndose de nick Leviatán) responde su correo, camina por los patios de la UPC hacia sus clases, no quiere que le tomen fotos, pero sigue igual de cortés, trata de seguir siendo un ciudadano de a pie, aunque haya dos guardaespaldas que lo siguen a todo sitio y a toda hora.

Los hijos de los famosos cargan un estigma, incluso se habla del “síndrome del hijo famoso”, sea para bien o para mal, es algo con lo que se tiene lidiar toda la vida. Más allá de las comodidades y el status alcanzado, como ahora en el caso de Gianmarco. Lleva la carga de tener que llegar alcanzar a su mamá y también de superarla, peor aún demostrárselo, no solo a si mismo, sino a los verdugos de su futuro, los periodistas.

Ahora, tiene que seguir escuchando que hablen mal de su famosa mamá, pero ya no la encuentra en casa, para decirle, en vivo y en directo, que la quiere, que la ama mucho más cada vez que escucha un maligno comentario sobre ella, ahora tiene que esperar al día miércoles a las 2:00 pm, a la hora de visita en el penal.

A pesar de vivir en carne propia, a través de su madre, lo que significa ser un periodista en el Perú, Gianmarco asumió el reto.

3 comentarios:

  1. Como a fregado a su hijo la vieja loca el mal que ha hecho caerá inocentes tenga dignidad no va mas

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  2. Esta basura carroñera es rica por cada divorcio smpay más culpable canales producen basura

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  3. Yo si lo entiendo, es difícil ser hijo de una madre mediática y odiada a la q muchos juzgan por sacar a la luz los malos comportamientos de la gente farandulera a los q muchos siguen como fanáticos.
    Con el tiempo uno se da cuenta q no todas las personas son monedas de oro para caerles bien a todo el mundo

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